“El deporte el mejor antidepresivo natural”
Mis pacientes conocen de sobra este hecho ya que es una de mis frases más manidas en terapia, no me canso de proponer y animar a las personas a activar el cuerpo.
¿Por qué me gusta decir que el deporte es el mejor antidepresivo natural que hay?
El ejercicio físico genera multitud de beneficios tanto para el cuerpo como para el psiquismo, más allá de las primeras, que son de sobra conocidas, hoy nos centraremos en las segundas.
Por una parte, la actividad física aumenta y fomenta la producción de algunas sustancias químicas que nos sonarán como la serotonina, la dopamina y las endorfinas. Neurotransmisores vinculados con el bienestar. De hecho, los fármacos antidepresivos fomentan asimismo que algunos de estos neurotransmisores estén más disponibles en el cerebro. Las endorfinas por su parte son conocidas como los analgésicos naturales, ayudan a disminuir la percepción del dolor y estimulan nuestro estado de ánimo
Es por esto fundamentalmente que la actividad física actúa como un antidepresivo natural reduciendo los niveles de estrés y ansiedad, pero además previene la aparición de estos cuadros.
Beneficios generales de la actividad física
- Aliviar dolores físicos derivados del sedentarismo, como dolores de espalda, cuello o cadera, piernas inquietas etc.
- Sentirnos mejor con nosotros mismos y con nuestro cuerpo, si vamos aumentando poco a poco la cantidad de ejercicio sentiremos el cuerpo más fuerte, más vivo. No ahogarnos si tenemos que echar una carrera para coger el autobús puede ser un buen ejemplo.
- Aumentar la sensación de capacidad. Si vamos logrando algunos objetivos como caminar determinada distancia, subir una montaña, nadar X tiempo, jugar un partido de pádel, realizar tal postura de yoga, cosas de las que no nos sentíamos capaces anteriormente o veíamos imposibles, aumentará esa sensación de capacidad.
- Se da una transferencia de dicho aumento de capacidad física a la capacidad psíquica. Tendemos a separar cuerpo y mente, pero ambas van de la mano. Podremos del mismo modo sentirnos más capaces de afrontar otras situaciones emocionales complicadas.
- Mejora de la imagen corporal y el autoconcepto (derivada de las anteriores).
- Mejora de las relaciones con los otros si elegimos un deporte de equipo o nos apuntamos a alguna clase. Crear nuevas relaciones o reforzar las que ya teníamos a través del deporte.
- Mejora la memoria y previene el deterioro cognitivo. Hacer deporte fomenta la generaciön de nuevas neuronas y conexiones neuronales
Me da pereza/no me gusta ir al gimnasio o no puedo/quiero invertir dinero en esto ¿Qué hago?
No os imagináis corriendo 10km o levantando pesas de un día para otro. Ponernos objetivos realistas será fundamental. Hay que empezar por lo más básico y lo más asequible para cada uno. Comenzar caminando 15 minutos a diario o en días alternos puede bastar para una persona completamente sedentaria.
Podemos decir que lo ideal es ejercicio al aire libre, estar en contacto con la naturaleza, recibir luz solar, realizar deportes de equipo, o individuales realizados en grupo o en compañía.
Pero una vez más, aparquemos ese ideal. Vamos a buscar e intentar lo que esté a nuestro alcance, empezar por esos paseos, unos estiramientos o ejercicios básicos en una colchoneta o sobre la alfombra en casa pueden bastar.
Podemos buscar también actividades en los centros municipales que suelen ser asequibles y nos permiten probar clases o actividades puntuales para ver cómo nos sentimos.
Es fundamental forzarnos un poquito al comienzo, aunque no nos apetezca, o aunque tengamos agujetas, darnos ese empujón hasta que aparezcan las ganas y el cuerpo vaya respondiendo.
